Traduzido do francês de uma notícia da associação CAPJPO-EuroPalestine, 12 de maio de 2011
Descontente com a aproximação da Fatah e do Hamas, que lhe retira toda a aparência de um pretexto para continuar com as suas acções criminosas, o governo israelita vinga-se roubando pura e simplesmente as receitas fiscais da Autoridade Palestiniana.
Israel confiscou assim abertamente as receitas alfandegárias que, desde os acordos de Oslo, recebe à chegada nos portos israelitas sobre as mercadorias destinadas aos territórios palestinianos ocupados, com a obrigação de as entregar à Autoridade Palestiniana. O saque do mês de Abril eleva-se a 105 milhões de dólares (73 milhões de euros).
Trata-se de quantias cruciais para as magras finanças públicas palestinianas, uma vez que elas representam os dois terços do conjunto das suas receitas, o último terço sendo conseguido por taxas e impostos cobrados localmente na Cisjordânia.
Sem este dinheiro, é impossível pagar os salários dos 151.000 empregados do sector público palestiniano. O primeiro-ministro da Autoridade Palestiniana, Salam Fayyad, anunciou portanto que os salários já não podiam ser pagos. Os subsídios (ajuda às famílias de presos, aos mais pobres, etc.) de mais de 100.000 pessoas já foram suspensos.
Em conclusão, Israel aplica à Cisjordânia a mesma política de estrangulamento das populações implementada desde há anos contra os habitantes da faixa de Gaza. Assim, como constata a jornalista Amira Hass no diário Haaretz, este crime promete desde já ficar impune.
Os governos ocidentais, entre os quais o da França pela voz do ministro dos Negócios Estrangeiros Alain Juppé, que saudaram a reconciliação inter-palestiniana, condenaram paralelamente, mas apenas verbalmente, o novo acto de gansterismo israelita. Mas não se fala em sanções. Para evitar uma explosão na Cisjordânia, a União Europeia desbloqueou de emergência 85 milhões de euros de ajuda à Autoridade Palestiniana, enquanto Paris acrescentava pelo seu lado mais 10 milhões de euros.
Em suma, Israel fica com o dinheiro roubado e é o contribuinte francês e europeu que se encarrega da compensação!
Enrique Iglesias, no cantes para el apartheid israelí!
Querido Enrique Iglesias,
Los abajo firmantes somos grupos y organizaciones de la sociedad civil que, desde diversos puntos del mundo, promovemos el Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra el Estado de Israel. La noticia de tu concierto en Israel el próximo 30 de mayo nos ha producido una gran tristeza.
Es posible que no conozcas las graves violaciones del Derecho Internacional y de los Derechos Humanos que Israel comete desde hace 63 años en contra de la población palestina. Citamos a continuación sólo algunas de ellas:
En 1948-1949 el naciente Estado judío llevó a cabo una limpieza étnica que convirtió a más de 750.000 palestinos en refugiados. Hoy en día son cerca de 5 millones, que malviven en campos de refugiados esparcidos por todo Oriente Medio; Israel no les permite regresar a sus tierras, en contra de lo que dispone el Derecho Internacional
En Cisjordania y Jerusalén Este ocupados, Israel ha instalado desde 1967, de forma ilegal, a más de 500.000 colonos judíos en las tierras robadas a la población palestina. Los colonos cuentan con la protección del poderoso ejército israelí y se benefician de un cómodo sistema de apartheid que en contrapartida somete a la población palestina a unas condiciones de vida durísimas, en todos los ámbitos
Desde 2002, Israel construye un Muro de separación en territorio palestino ocupado (en Jerusalén Este y Cisjordania), que fue declarado ilegal en 2004 en un informe de la Corte Internacional de Justicia. El Muro tiene un impacto nefasto en las vidas cotidianas de miles de palestinas y palestinos, haciendo muy difícil su acceso a derechos básicos como la salud, vivienda, educación, trabajo, etc.
Desde 2007, Israel impone a los 1,6 millones de habitantes de la Franja de Gaza un cruel bloqueo económico. La ONG Amnistía Internacional ha declarado en innumerables ocasiones que el bloqueo es ilegal, y que éste ha llevado a la población de Gaza al desempleo, la pobreza y la dependencia de las agencias de ayuda internacional para su simple supervivencia
En 2008-2009, Israel atacó la Franja de Gaza, cometiendo crímenes de guerra y contra la humanidad, tal como detalla el informe que el juez surafricano Richard Goldstone elaboró para la ONU en 2009. Más de 1.400 habitantes de Gaza, la mayoría de ellos civiles, murieron durante el ataque
Los ciudadanos árabes palestinos de Israel, que tiene la desdicha de ser ciudadanos no judíos en un Estado judío, sufren una discriminación legal estructural: más de 30 leyes los discriminan respecto a los ciudadanos judíos israelíes
El 2005, más de 170 organizaciones de la sociedad civil palestina, lanzaron un llamado pidiendo el Boicot, las Desinversiones y las Sanciones (BDS) contra Israel hasta que Israel cumpla su obligación de reconocer el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación y acate completamente los preceptos del Derecho Internacional por medio de:
La finalización de su ocupación y colonización de todas las tierras árabes y el desmantelamiento del Muro;
El reconocimiento del derecho fundamental de los ciudadanos árabe-palestinos de Israel a una igualdad completa; y
El respeto, protección y promoción del derecho de los refugiados palestinos a retornar a sus casas y propiedades, tal como lo estipuló la resolución 194 de la ONU
Seguramente piensas que tus canciones, portadoras de paz y amor, deben llegar a cualquier rincón del mundo -incluido Israel- y no deben mezclarse con la política. Desgraciadamente, cantar en Israel no es un acto neutro, puesto que será interpretado por el gobierno israelí y por millones de ciudadanos del mundo como una legitimación de las políticas ilegales contra la población palestina. En abril, el cantante adolescente Justin Bieber dio un concierto en Israel, y el presidente israelí Benyamin Netanyahu intentó desesperadamente utilizar su presencia para mejorar la imagen de su decadente gobierno; al negarse a reunirse con niños que viven en zonas afectadas por el lanzamiento de cohetes Qassam, Netanyahu canceló una reunión que tenía prevista con el artista. Aunque Justin quería limitarse a cantar y evitar la política, le resultó imposible. Y lo mismo te sucederá a ti, si cantas en Israel.
Respondiendo al llamado del BDS, recientemente han cancelado sus actuaciones en Israel los siguientes artistas: Devendra Banhart, Tommy Sands, Elvis Costello, Carlos Santana, Gil Scott Heron, the Pixies, Gorillaz Sound System, Vanessa Paradis, La Carrau y Ladysmith Black Mambazo, entre otros.
El Boicot Académico y Cultural es una forma eficaz de presión con una posibilidad real de conseguir el cambio de las políticas contrarias al Derecho Internacional, tal como demostró el caso del apartheid sudafricano.
Por todo lo que hemos expuesto en esta carta, te pedimos que canceles tu concierto en Israel. Tú, como figura de fama y prestigio mundial en el mundo de la música, puedes contribuir al logro de la libertad, la justicia y la paz justa en Palestina.
Por favor, no cantes para el apartheid israelí!
Afectuosamente,
Firman:
Europa
Grup BDS Catalunya
Comunitat Palestina de Catalunya
Associació Catalana de Jueus i Palestins - JUNTS
Comissió Universitària Catalana per Palestina (CUNCAP)
Xarxa d'Enllaç amb Palestina
Intersindical Alternativa de Catalunya
BDS Madrid
BDS Galiza
Euskal Herria Palestina Sarea
Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) - España
Plataforma para el Boicot Académico a Israel (PBAI) - España
IJAN-Red de Judíos Antisionistas en España - España
Artefacto Cultural - Brasil/España
European Platform for the Academic and Cultural Boycott of Israel (EPACBI) - Europa
Comité de Solidariedade com a Palestina - Portugal
Scottish Palestine Solidarity Campaign - Escocia
British Committee for the Universities of Palestine (BRICUP) - Reino Unido
Boycott Israel Network (BIN) - Reino Unido
Jews for Boycotting Israeli Goods (J-BIG) - Reino Unido
Women in Black (Vienna) - Austria
Critical Jewish Voice - Austria
Utrecht for Palestine - Holanda
Dutch Bathrobes Brigades - Holanda
Dutch network "Samenwerken voor Palestina" (29 organizaciones) - Holanda
EuroPalestine - Francia
Association des Universitaires pour le Respect du Droit International en Palestine (AURDIP) - Francia
BDS Switzerland - Suiza
Belgium Academic and Cultural Boycott of Israel (BACBI) - Bélgica
Génération Palestine - Bélgica
Berlin Academic Boycott - Alemania
BDS Group Berlin - Alemania
Oriente Medio y Asia
Palestinian Academic and Cultural Boycott against Israel (PACBI) - Palestina
BOYCOTT! Supporting the Palestinian BDS Call from Within - Israel
Centro de Información Alternativa (AIC) - Palestina/Israel
Palestinian Students' Campaign for the Academic Boycott of Israel (PSCABI) - Palestina
Palestine Peace Soridarity at Seoul - Corea del Sur
América
U.S. Campaign for the Academic and Cultural Boycott of Israel (USACBI) - Estados Unidos
Artists United Against Apartheid - Estados Unidos
The Canadian Arab Federation - Canadá
Federación de Entidades Argentino-Palestinas - Argentina
Foro Itinerante de Participación Popular - Venezuela
Comité Solidaridad con Palestina - Costa Rica
Union de estudiantes palestinos de Colombia - Colombia
Na edição de 2011, este prestigiado festival declara receber um apoio à programação por parte da embaixada israelita. Sabemos que os apoios que as embaixadas de Israel têm dispensado a eventos culturais no estrangeiro são mínimos. Reduzem-se, a maior parte das vezes, ao pagamento de uma simples viagem de avião. Mas esses apoios simbólicos são suficientes para dar direito à exibição de um logotipo da embaixada e tornaram-se num dos métodos de propaganda utilizados pelo Estado de Israel para o branqueamento dos seus crimes contra a humanidade. Israel quer assim dar de si a imagem de um país democrático e tolerante, amante da cultura e da liberdade.
Mas nós todos sabemos que não existe liberdade sob o colonialismo. Ninguém é livre quando vive sob ocupação militar, confinado a bantustões cercados por muros e checkpoints, quando assiste diariamente a demolições de casas, a destruição de olivais, a confiscação de terras e a bombardeamentos.
A campanha de boicote, desinvestimento e sanções (BDS), em curso desde 2005 é semelhante à que contribuiu para o fim do apartheid sul-africano, isolando-o internacionalmente, e é a única forma pacífica de combater com êxito o lento genocídio do povo palestiniano.
Outro festival de cinema de referência, o Queer de Lisboa, cometeu, no ano passado, o mesmo erro de aceitar um apoio institucional da embaixada de Israel. Vários movimentos de solidariedade organizaram em consequência um protesto público à porta do festival. E o laureado realizador canadiano John Greyson exigiu que fossem retirados do festival dois filmes seus e que a sua explicação para esse gesto fosse lida no início da sessão onde deveria ter passado o primeiro dos seus filmes.
Gostaríamos de ver o Indie Lisboa seguir os exemplos dos festivais de cinema de Edimburgo e de Locarno que, respondendo ao apelo das organizações, dos intelectuais e artistas palestinianos de todo o mundo (inclusive israelitas), devolveram às embaixadas em causa os apoios recebidos. Qualquer aceitação de patrocínios vindos do governo israelita só pode ser vista como um apoio de facto a um regime de apartheid. Pedimos portanto que a direcção do festival reflicta sobre este tema e colocamo-nos à sua disposição para prestar quaisquer esclarecimentos que entenda necessários.
Com os melhores cumprimentos,
As organizações: Colectivo Mumia Abu-Jamal Comité de Solidariedade com a Palestina Pagan – Plataforma Anti-guerra Anti-NATO Panteras Rosa SOS Racismo
*Haidar Eid é um militante palestiniano, membro da campanha pelo Boicote, Desinvestimento e Sanções, professor universitário de literatura inglesa na universidade de Gaza.
Declarar a independência de um bantustão
A “euforia induzida”, que caracteriza entre os principais meios de comunicação as discussões a respeito da futura declaração de um Estado palestiniano independente em Setembro, ignora a dureza das realidades no terreno e os avisos de comentadores críticos. Descrever uma tal declaração como uma “brecha” e como um “desafio” ao defunto “processo de paz” e ao governo de direita de Israel serve apenas para ocultar a permanente negação por parte de Israel dos direitos dos palestinianos, ao mesmo tempo que reforça a ratificação implícita pela comunidade internacional de uma situação de apartheid no Médio Oriente.
O movimento pelo reconhecimento é conduzido por Salam Fayad, o primeiro-ministro designado da Autoridade Palestiniana (AP) sedeada em Ramallah. Ele baseia-se na decisão tomada nos anos 1970 pela Organização de Libertação da Palestina (OLP) de adoptar o programa mais ágil de uma “solução de dois Estados”. Esse programa defende que a questão palestiniana, que está no cerne do conflito israelo-árabe, pode ser resolvida pelo estabelecimento de um “Estado independente” na Cisjordânia e na Faixa de Gaza, com Jerusalém oriental como capital. Segundo esse programa, refugiados palestinianos voltariam para o Estado da « Palestina », mas não para as suas casas em Israel, que se auto-define como o “Estado dos judeus”. Do mesmo modo, a “independência” não toma em conta esta questão, assim como não toma em consideração os apelos de 1,2 milhão de palestinianos de nacionalidade israelita, tratados como cidadãos de terceira categoria, para transformar a luta num movimento anti-apartheid.
Tudo isto é suposto entrar em vigor depois das forças israelitas se retirarem da Cisjordânia e de Gaza. Ora, não se tratará apenas de uma reafectação de forças, como pudemos ver durante o período de Oslo? Os promotores desta estratégia pretendem no entanto que a independência garante que Israel tratará como um único povo os palestinianos de Gaza e da Cisjordânia e que a questão palestiniana pode ser resolvida segundo o direito internacional, satisfazendo assim os direitos políticos e nacionais básicos do povo palestiniano.
Deixemos de lado o facto de que Israel mantém até 573 barragens e pontos de controlo permanentes através da Cisjordânia, sem contar 69 pontos de controlo “móveis” adicionais; e é possível que vocês também prefiram ignorar o facto de que os colonatos “puramente judeus” existentes anexaram mais de 54% da Cisjordânia.
Quando da conferência de Madrid em 1991, Yitzhak Shamir, então primeiro-ministro de um governo de “falcões”, não tinha sequer aceitado o “direito” palestiniano a uma autonomia administrativa. Com a chegada do governo de “pombas” Meretz/trabalhista, conduzido por Yitzhak Rabin e Shimon Peres, os dirigentes da OLP travaram na Noruega negociações de bastidores. Ao assinar os Acordos de Oslo, Israel encontrava-se livre do pesado fardo de administrar Gaza e as sete cidades sobrepovoadas da Cisjordânia. A primeira intifada terminou com uma decisão oficial – e secreta – da OLP, sem ter atingido os seus objectivos nacionais de transição, nomeadamente “liberdade e independência”, e sem o acordo do povo que a OLP era suposta representar.
A mesma ideia de “independência” foi primeiro rejeitada pela OLP, porque ela não respondia aos “direitos legítimos mínimos” dos palestinianos, e porque ela é a antítese da luta palestiniana pela libertação. O que é proposto no lugar desses direitos é um Estado cuja existência é apenas nominal. Por outras palavras, os palestinianos são obrigados a aceitar uma plena autonomia sobre uma fracção apenas da sua terra e não podem nunca pensar em termos de soberania, de controlo de fronteiras, de reservas hídricas e, mais importante que tudo, de retorno dos refugiados.
Esses foram os Acordos de Oslo e essa é também a “declaração de independência” planeada. Não é de surpreender, portanto, que o primeiro-ministro Benjamin Netanyahu tenha declarado que “não poderia dar o seu acordo a um Estado palestiniano através de negociações”.
Esta declaração ainda menos promete respeitar o plano de partilha das Nações Unidas de 1947, que só garantia aos palestinianos 47% da Palestina histórica, embora eles representassem mais dos dois terços da população. Uma vez declarado, o futuro Estado palestiniano “independente” ocupará menos de 20% da Palestina histórica. Ao criar um bantustão e ao chamá-lo “Estado viável”, Israel vai livrar-se do peso de 3,5 milhões de palestinianos. A AP governará o número mais pequeno de palestinianos no maior número de fragmentos de território – fragmentos que podemos chamar de “Estado da Palestina”. Esse “Estado” será reconhecido por dezenas de países – o que dará grande inveja aos infames chefes tribais bantus da África do Sul!
Podemos igualmente supor que a “independência” tão comentada e celebrada só reforçará o papel desempenhado em Oslo pela Autoridade palestiniana, ou seja, o de tomar medidas de polícia e de manutenção da ordem destinadas a desarmar os grupos de resistência palestiniana. Tais foram as primeiras exigências impostas aos palestinianos em Oslo em 1993, em Camp David em 2000, em Annapolis em 2007 e em Washington no ano passado.
Ao mesmo tempo, no âmbito das negociações e das exigências, nenhum compromisso ou obrigação são impostos a Israel. Tal como os Acordos de Oslo significavam o fim da resistência popular e não violenta da primeira intifada, esta declaração de independência tem um objectivo semelhante, isto é, de pôr um termo ao apoio internacional crescente a favor da causa palestiniana, que se tem afirmado desde o ataque de Israel contra Gaza no inverno de 2008-2009 e o seu ataque contra a Flotilha da Liberdade em Maio passado.
E esta declaração não garante tão pouco aos palestinianos um mínimo de protecção e de segurança contra as futuras agressões e atrocidades israelitas. A invasão e o cerco de Gaza foram uma consequência de Oslo. Antes da assinatura dos Acordos de Oslo, nunca Israel tinha utilizado plenamente o seu arsenal de F-16, de bombas de fósforo e de armas de fragmentação em Gaza e na Cisjordânia. Mais de 1200 palestinianos foram mortos de 1987 a 1993 durante a primeira intifada. Israel ultrapassou esse número durante as três semanas da sua invasão em 2009; conseguiu matar brutalmente mais de 1400 pessoas apenas na Faixa de Gaza. Isto, sem contabilizar as vítimas do cerco estabelecido por Israel desde 2006, que se caracterizou por bloqueios e ataques israelitas repetidos, antes e depois da invasão de Gaza.
No fim de contas, o que esta suposta “declaração de independência” oferece ao povo palestiniano não é mais que uma miragem, uma “pátria independente” que não é outra coisa que um bantustão travestido. Mesmo se for reconhecida por tantos países amigos, ela é impotente para conceder aos palestinianos a liberdade e a emancipação. Um debate crítico – quer dizer, oposto ao que é desviado e demagógico – exige o exame atento das distorções da história por falsas representações ideológicas. Onde nos devemos implicar, é numa visão histórica e humana das questões palestiniana e judaica, uma visão que nunca negue os seus direitos a um povo, que garanta uma completa igualdade e que abula o apartheid – em vez de reconhecer um novo bantustão, 17 anos após a queda do apartheid na África do Sul.
